lunes, 10 de octubre de 2011

Yo soy yo, él es yo





- ¿Usted cree? - pregunté.


- Las leyes, después de todo, rigen todos los fenómenos que se producen sobre la faz de la tierra. Un mundo donde el Yin es el Yin y el Yan es el Yan. Un mundo donde yo soy yo y él es él. "Yo soy yo, él es él, atardecer de otoño". Pero tú no perteneces a este mundo. Tu sitio está encima o debajo.

- ¿Qué es mejor, encima o debajo? - pregunté por simple curiosidad.


- No se trata de si es mejor o peor - dijo el señor Honda. Carraspeó y lanzó un esputo en un pañuelo de papel. Después de mirarlo unos instantes, arrugó el papel y lo echó a la papelera-. No es el tipo de cosas en que pueda decirse qué es lo mejor y qué lo peor. No se debe oponer resistencia a la corriente: hay que ir hacia arriba cuando hay que ir hacia arriba, y hacia abajo cuando hay que ir hacia abajo. Cuando debas ir hacia arriba, busca la torre más alta y sube hasta la cúspide. Cuando debas ir hacia abajo, busca el pozo más profundo y desciende hasta el fondo. Cuando no haya corriente, quédate inmóvil. Si te opones a la corriente, todo se seca. Si todo se seca, el mundo se ve envuelto por las tinieblas. "Yo soy yo, él es yo, atardecer de otoño." Cuando renuncias a mí, yo existo.




Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. Haruki Murakami






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